Muerte en París

A principios de 1937 llegué a París con la desesperación de un animal acorralado, y el único propósito de matar a un hombre; Cesar Vallejo. Nunca tuve madera de asesino a sangre fría, pero a veces nos mueven motivos mayores, capaces de arrastrarnos a hacer cosas que de otro modo serían impensables. Había matado antes, en la guerra, en África, bajo las órdenes del general Franco, pero jamás vi el rostro de mis muertos, ni los conocí, ni llegué a escuchar sus nombres. Eso es diferente. Por ese entonces, lo recuerdo, yo era un hombre común, con deseos simples, como el de enamorarme, y tener una familia, una taberna pequeñita en algún sitio de la costa, cerca de Barcelona, y poco más. Pero estaba allí para matar a un poeta peruano que estaba siendo tan molesto como un grano en el culo del General, y ya las cosas no volverían a ser como yo las soñara alguna vez. Yo no era su hombre de confianza ni mucho menos para que me encargara un trabajo como este, pero no podían quedar rastros que relacionaran el crimen con la política, debía ser algo sutil, sin llamar mucho la atención, y yo era la persona perfecta para hacerlo; un desconocido, invisible a la luz pública, quizá me fuera fácil escapar… pero lo cierto es que el general me tenía bien cogido por los huevos, y no tenía otra salida que cumplir con su encargo. Hay motivos capaces de hacer que un hombre actúe contra su voluntad, el mío era salvar la vida de mi hermana Julia, ese había sido el trato, la hicieron prisionera al principio de la guerra, yo la creía muerta, pero la anduve buscando por todos los lugares, hasta que di con ella en una barraca del campo de Miranda de Ebro, acusada de andar involucrada con los Republicanos, y le prometí que la liberaría, entonces, el General me propuso el trato, una vida por otra, y parecía justo a primera vista, pero no hay nada tan duro como matar un hombre a sangre fría. Recuerdo haber entrado en el ejército huyendo de las faenas del campo, nada me incomodaba tanto como la labranza, y el sol abrazador despellejándome la espalda.

Nueva Novela

Publicado: febrero 4, 2013 en Columna del autor

La nueva novela que he comenzado a escribir hace apenas 2 días va de un posible asesinato planificado del poeta peruano Cesar Vallejo por la dictadura de Francisco Franco. Apenas He escrito unas 15 páginas. Ya les dejaré un fragmento para ver qué les parece.

Balada del Pobre Amor

 

Son duros cielos a los que no llego

(nada tendremos los del pobre amor)

Cielos que se parecen al dolor

Y pasan por la vida como un juego.

 

Hablo por boca de quien viera el fuego

Con los ojos del hambre y de la muerte.

“Somos tan pobres.” Correrá la suerte

En nuestra contra. Yo seré aquel ciego

 

Animal que me espera cuando llego

Con los brazos abiertos y sonríe

Desde su extraña forma desdichada.

 

Guardaré este secreto con apego,

-y hay alguien que no quiere que confíe

bajo el severo filo de la espada.

 

Oh pobre amor el nuestro.